Rito funerario gitano
Una parte fundamental de la cultura de la comunidad gitana son, además de la religión y las creencias, los ritos funerarios.
La religión entre los gitanos puede variar según la región donde se encuentren; pueden ser musulmanes, cristianos católicos u ortodoxos. A partir de la Segunda Guerra Mundial, un número significativo de ellos se convirtió al protestantismo.
Dentro de la comunidad gitana, existen varios grupos étnicos, siendo los más destacados los Kalderash, que son herreros especializados en el trabajo del latón y el cobre, así como los gitanos que habitan en España, Portugal, el sur de Francia y el norte de África. Cada grupo sostiene que son los gitanos auténticos.
CREENCIAS SOBRE LA MUERTE
Desde el instante en que una persona fallece, ingresa al ámbito de lo divino y lo trascendente. Este tránsito afecta a sus familiares en la Tierra, ya que el difunto puede actuar como protector o, por el contrario, provocar enfermedades o posesiones, dependiendo de si sus seres queridos cumplen con las promesas o siguen el testamento oral que dejó el fallecido. Sin embargo, no existen leyes gitanas escritas que regulen estas creencias.
El culto a los muertos refleja la creencia en la inmortalidad del alma y la fe en una vida futura.
El gitano que cree en la vida después de la muerte, en momentos difíciles, recurre a la oración, invocando al difunto como intermediario, especialmente al que le estaba más cercano en vida, para que interceda ante Dios y cumpla sus peticiones.
Mientras que algunos gitanos no creen en una vida después de la muerte, otros sostienen la idea de la reencarnación, pensando que el espíritu regresa a la Tierra tres veces en diferentes cuerpos, y que entre cada reencarnación deben transcurrir quinientos años.
Los gitanos presentan una variedad de creencias debido a su presencia en diferentes países, así como a su pertenencia a diversas tribus y clanes. Sin embargo, comparten una idea común: "Un Dios adaptado a las particularidades de los gitanos, diseñado de acuerdo con sus tradiciones y costumbres.” Por este motivo, tienden a ser más supersticiosos que religiosos, creyendo en poderes especiales que pueden tener ciertas personas.
PREPARATIVOS FUNERARIOS
Cuando un gitano se encuentra en una grave enfermedad o ha fallecido, el resto de la comunidad deja de lado sus actividades, sin importar cuán importantes sean, para estar al lado del moribundo y rendir homenaje a la familia.
Los preparativos para el fallecimiento suelen llevarse a cabo con la ayuda del que está a punto de morir. Durante su vida, se le da un lavado con agua salada y se le viste con ropa nueva. Esto permite que el moribundo se sienta bien preparado para su último viaje. A las mujeres, en particular, se les colocan cinco enaguas.
La familia se reunirá en el lugar donde está el moribundo y comerán, beberán y charlarán en un ambiente de normalidad, rodeados de velas, hasta el momento de la defunción.
Sin embargo, tras el fallecimiento, se manifiestan intensas muestras de dolor, con llantos y gritos, mostrando un profundo sufrimiento que se prolongará toda la noche, aunque eventualmente se transformará en cantos.
El cuerpo es colocado en un féretro junto a sus joyas personales y algunas monedas de oro. Con frecuencia, se añaden utensilios cotidianos, como cubiertos, la pipa favorita del difunto o el instrumento que solía tocar.
El difunto se coloca en el féretro con los brazos cruzados o extendidos a lo largo del cuerpo. Uno de los familiares realiza una acusación en voz alta de todos los pecados cometidos por el fallecido.
El entierro se realiza hasta tres días después de la muerte.
EL LUTO
El luto, como símbolo externo del dolor y de la fidelidad hacia el difunto, es observado por los familiares más cercanos. Esta costumbre se vuelve especialmente rigurosa cuando muere el marido, ya que la viuda puede llevar luto por diez años o incluso de por vida. En el caso de la madre, padre, o algún hermano o hijo, actualmente el luto suele durar un año, aunque antes se extendía a cinco años. Para otros familiares como tíos o primos, el luto no excede de seis meses.
Los que están de luto visten de negro. Los hombres llevan un pañuelo anudado al cuello, camisa de manga larga negra, pantalones oscuros y calzado sin adornos. Las mujeres, también vestidas de negro, usan un pañuelo largo en la cabeza, una blusa de manga larga y una falda que no debe ser ajustada al cuerpo, llegando a una longitud entre la rodilla y el tobillo.
Cuanto más larga es la falda, más severo se considera el luto. Además, quienes están de luto deben realizar mortificaciones costosas, como evitar el consumo de alcohol, abstenerse de fiestas y celebraciones, no ver televisión ni escuchar la radio, y evitar lugares de entretenimiento como bares y restaurantes, así como abstenerse de matrimonio. Todo esto es un sacrificio y un acto de amor hacia el difunto.
INHUMACIÓN: FAMILIA GITANA CATÓLICA
El procedimiento de inhumación varía según el lugar de residencia de la familia:
Si el difunto es católico, el entierro se celebra de acuerdo con el rito cristiano, pero además de arrojar puñados de tierra sobre el féretro, también se lanzan monedas o billetes. Se rocía el féretro con la mano, evitando el uso del hisopo. En Inglaterra, el agua es reemplazada por cerveza.
Los testigos, una vez que el cuerpo ha sido enterrado, beben vino alrededor de la tumba, brindando por el fallecido.
FAMILIA GITANA RUMANA
Las viviendas de estas familias se conocen como "Vardos", que son carros tirados por caballos, decorados de manera llamativa y que contienen todas las pertenencias familiares. En días soleados, instalan una tienda de campaña llamada "Bender" para que los niños duerman.
Según sus creencias, ni el nacimiento ni la muerte pueden contaminar el Vardo. Las mujeres embarazadas utilizan el Vardo para dar a luz, y los enfermos y ancianos hacen lo mismo al sentir que se acerca su hora. Un gitano que se respete nunca moriría en la cama dentro del Vardo.
RITO FUNERARIO GITANO-RUMANO
En los Balcanes, el cuerpo es colocado en una camilla y expuesto en las esquinas de las calles. No se utilizan paños mortuorios. En la comunidad rumana, antes de bajar el féretro, se hacen dos agujeros de 20 cm en el lado de la cabeza, ya sea para permitir la respiración del difunto o para que escuche las lamentaciones. Una vez que el féretro es descendido, el jefe del clan vierte ron sobre la tapa, probándolo él mismo antes de pasarlo al resto para que todos puedan brindar por el difunto.
Durante el entierro, se vierte sobre el ataúd cerveza, vino o ron. Para despedirse, se dice "tutti sutti mishto", que significa "que puedas dormir en paz", y los músicos continúan tocando hasta que el ataúd desciende a la fosa. Este se realiza normalmente en un lugar secreto, conocido solo por los familiares más cercanos. No hay una marca visible que identifique la sepultura, aunque a menudo se siembra una zarza encima para evitar que los animales la profanen.
Generalmente, los gitanos temen a la muerte. Creen firmemente en los fantasmas y evitan que el difunto se adhiera a los vivos. Por esta razón, a menudo se quema el Vardo, ya que un muerto no puede regresar si no lleva consigo sus pertenencias. El nombre del difunto se evita mencionar por temor a que regrese. La palabra romaní para referirse a un fantasma es "Mullo", que también puede usarse para muertos vivientes o vampiros.
Creen que algunos fallecen debido a influencias malignas y que, tras convertirse en un Mullo, intentarán encontrar a quien causó su muerte. También sostienen que solo los gitanos se convierten en vampiros al morir, mientras que los "Payos" no lo hacen, por lo que no temen a sus fantasmas. En algunos países, también creen en los hombres lobo, que serían aquellos que se comportaron mal durante su vida.n creen en los hombres lobos. Serán aquéllos que fueron muy malos a lo largo de su vida.
OTROS RITUALES
Las familias gitanas en París y Suecia, para asegurarse de la muerte del difunto, le perforan el corazón con una aguja larga como un rito de protección contra fantasmas.
En esta parte de Europa, sí se utilizan paños mortuorios. Si el fallecimiento ocurre en un poblado o en la ciudad, el difunto debe ser sacado por una puerta secundaria o por un agujero hecho en la vivienda, evitando la puerta principal.
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